14.04.2006 Clarín.com Deportes COPA LIBERTADORES
EL EQUIPO PLATENSE GANO CON UN GOL EN EL DESCUENTO, ELIMINO A BOLIVAR Y PASO DE RONDA
Si no es épico, para Estudiantes no vale.
El empate lo dejaba afuera pero otra vez llegó un gol salvador sobre la hora. Mariano Pavone, autor de los dos tantos, fue el héroe de la noche.
Mario Rueda
Si no es épico, con mística, con emoción, con una gesta que sea recordada por siempre, parece que no vale para este Estudiantes. Porque cuando los minutos se le escapan, siempre aparece un mo mento mágico para cambiar la historia. Sucedió el 21 de febrero cuando le ganó al Sporting Cristal 4-3, después de ir perdiendo 3-0, con ese gol de Lugüercio en el descuento. Sucedió el 21 de marzo al vencer 1-0 a Independiente Santa Fe, con otro gol de Lugüercio. Sucedió el 4 de abril, en Lima, en el empate a Sporting Cristal 2-2, con ese gol de Calderón faltando dos minutos. Y sucedió anoche, 13 de abril, en el descuento: centro de Gelabert, Pavone paró la pelota, giró, se acomodó y sacó el zurdazo ganador. El zurdazo mágico que clasificó a Estudiantes a los octavos de final. Diez puntos conseguidos siempre en los últimos cinco minutos. Con emoción, con suspenso, con coraje. También vale.La premisa de Burruchaga durante la semana fue que por un lado había que manejar la pelota y por el otro el aspecto emocional. Porque éste era un partido bisagra para el futuro de Estudiantes, de muchos jugadores y también del cuerpo técnico. Había que evitar entrar en el terreno emocional. Pero esa postura, saludable, Estudiantes no la pudo sostener mucho tiempo. De arranque se vio obligado, impulsado a atacar. Y ya a los cinco minutos avisó: cerró mal Mores, Braña alargó para Pavone (ya empezaba a ser la llave del partido), centro, Calderón la dejó pasar y Angeleri, entrando por derecha, falló en la definición. Fue la primera señal: Estudiantes quería jugar en terreno boliviano. Ante este aluvión inicial del equipo argentino, Bolívar se plantó bien en el fondo y en el medio. Pero cuando tuvo la chance de cruzar la mitad de la cancha, no lastimó, no pesó más allá de las insinuaciones. Estudiantes estuvo cerca otra vez, a los 17 minutos, luego de un centro de Calderón, que no pudo conectar primero Alayes y luego Pavone. El escenario del partido se modificó con la tormenta, a los 18 minutos, primero con un viento cruzado y después la lluvia. Cambió la tendencia técnica del partido. Se hizo complicado controlar la pelota. Con la lluvia, el terreno quedó más pesado y se dificultó el traslado de la pelota. Entonces Estudiantes apeló al pelotazo, buscando a Pavone para manejar la ofensiva. Pero si la noche se volvió fría y lluviosa, un balde de agua helada cayó sobre los 25 minutos: Gutiérrez recuperó una pelota, envió un centro que encontró bien ubicado a Menacho, quien bajó la pelota de cabeza y Cuellar definió. Había sido la primera llegada del Bolívar. Estudiantes entró en el nerviosismo interior del juego y exterior de la gente. Fue a buscar el empate al mejor estilo a la carga Barracas. Una mano de De Souza aparentemente intrascendente, casi en la mitad de la cancha, le permitió llegar al empate. Sosa envió un centro pasado, al segundo palo, y apareció Pavone para igualar con un cabezazo cruzado (hubo reclamos por un empujón de Alayes, pero Pavone ganó lícitamente la posición). Estudiantes justificaba el empate con garra, con fervor, con su historia en la Copa Libertadores. Bolívar, para hacer su negocio, intentó siempre cortarle el ritmo a Estudiantes y de a poco se fue metiendo en su propio terreno. En la parte final, el local intentó la forma de buscar el triunfo con el ingreso de Carrusca, quien junto con Gelabert trataron de elaborar un trabajo para arrinconar al equipo boliviano. Estudiantes generó un montón de situaciones y fue claro dominador. A veces armando al juego, en general sin criterio y con muchos nervios. Y ganó. Le costó muchísimo, terminó sufriendo, pero sigue en la Copa.
http://www.clarin.com/diario/2006/04/14/deportes/d-04601.htm
10:49 “La mística copera de Estudiantes es una marca registrada”, por Juan Ramón Verón.
http://www.clarin.com/diario/2006/04/14/um/m-01177340.htm
Prácticamente, los tres partidos de Estudiantes como local fueron de la misma manera: impresionantes. Para ganar los tres encuentros (a Sporting Cristal, a Independiente santafé y anoche a Bolívar) como los ganó este equipo hay que tener una gran fuerza anímica. Es muy importante la confianza que tiene el entrenador y también es fundamental que en este plantel haya muchos jugadores del club. Yo creo que sin dudas hay una mística copera. Más allá de que algunos de estos chicos ni siquiera habían nacido en aquella época en la que Estudiantes ganó todo, tienen la mística copera. Es una marca registrada. Maman desde abajo la historia del club, en las inferiores. A través de sus padres se nutren del pasado. Lo de la gente también es impresionante. Muchos vivieron los tiempos más gloriosos de Estudiantes, muchos otros no. Pero aún así, la gente está entusiasmada lo vive de una manera muy emotiva. Ayer, por ejemplo, demostraron, a pesar de la tormenta que están con este equipo a muerte. Con respecto a las chances de Estudiantes en la Libertadores, lo único seguro, lo único que se puede afirmar, es que va a luchar en todos y cada uno de los partidos que le toque jugar. Deberá enfrentar a buenos equipos, porque en estos últimos tiempos la Copa cambió. Antes un conjunto boliviano venía a Argentina y se volvía con cinco goles. Ahora, en cambio, todo se emparejó. De ahora en más, todo lo que venga será bienvenido.
Lo importante es hacer todo para ganar, y si nos toca perder, que sea como hombres.
