24 diciembre 2005

Historia de un final anunciado

HISTORIA DE UN FINAL ANUNCIADO
Hacia poco más 10 años que no se vivía una circunstancia similar, en aquellos tiempo, muchos de nosotros, teníamos entre 12 y 14 años y no caíamos en la realidad que se pasaba ese momento.
Pero sí que nerviosos, ansiosos, angustiados y soslayados por el transcurrir de los días. Este fantasma volvió a surcar las calles de alguna ciudad de la provincia de Buenos Aires, pero como la vez pasada, sin pena ni gloria. La historia se repite.
Hoy, ya más tranquilo, y porque San Osvaldo nos dio la fuerza desde el cielo y San Salvador en la tierra todo sigue como siempre y la realidad no cambia.
Como toda “apertura” de alguna historia, todo empieza tranquilo, sin sobresaltos. Mucha gente leía los 6 primeros artículos del código penal, escritos por un tal Dalmacio Vélez Sarfield, otros, vestidos de con atuendos rojos se mudaban a la zona de la calle 45, mientras otros, con inconfundibles distintivos azules, corrían hacia la avenida 44 para poder encender las “calderas” de sus casas debido a un “frío” que traían consigo en el pecho. Todo transcurría tranquilamente, transeúntes, pero nadie se imaginaba tal final. Muchos de ellos compraban “promociones” en distintos supermercados y mayoristas de la ciudad. Pero salieron rápido del pozo y hasta le pusieron “dos estrellas” al arbolito de navidad, que es donde deja los regalos “Papá Noel”. Ese hombre de “gran barba blanca y traje rojo” que le trae regalos a los niños que se portan bien
Pero no nos vayamos de tema.
Un día un grupo de gente, digo de esta, de distintivos azules, fue a Rosario y se compraron tres “turbos” cada uno. Volvieron ilusionados, porque así, podrían pasar un poco más fácil el calor que salía de las “calderas”. Se fueron de gira por el conurbano y la capital, vinieron de Jujuy a visitarlos y les dieron de comer con cuatro pepas. ¡Genial! Todo salía a la orden del día. Hasta que un día, le salió el “tiro” por la culata, y tuvieron que hacer un día de “campora” para despejarse. Pero llegaron las dudas. Que aquí acampamos que “aquino”. Estaban indecisos y se empezar a poner nerviosos. Dieron una vuelta por el gallinero donde compraron “3 huevos”. Mas de repente se encontraron con un “burrito” que vivía en una “villar” donde no pasaba nadie. Se empezaron a enojar. No sabían como hacer. Hicieron la danza de la lluvia pero terminaron lloviendo “piedras”… Lamentable.
Pero un día llegó el final, todo tenia que terminar bien, llegaron hasta una localidad llamada Banfield. Agotaron todo (hasta las lagrimas). El alma del ángel devenido de los infiernos se hacia presente sobre el “Solá”. Impotencia, resignación y muchos sentimientos se mezclaron en ese momento. La pana máxima no les pesó y “el magno” les dio la felicidad. Pero como todo lo bueno dura poco, a los tres minutos apareció un San José. ¿Rareza? Me pregunto yo. Puede ser, ha sido enviado por un ángel devenido de los infiernos. El tiempo se terminaba y mucha almas secaban sus lágrimas con sus camisetas. Nada podías hacer… Todo terminaba. Y terminó como debía.
Los libros siguen siendo los mismos, la mística también, los reglamentos quedan y en algún lado tiene que estar escrito, a mi no me joden. Pero que mala leche tienen.
Sigan, sigan, que nunca lo van a lograr, la gloria es pasajera, pero se recuerda por siempre, las estrellas son de verdad y Muñoz, no mientas más porque Dios no miente.

Créditos a Nico - pinchapasion.net, Staff de pinchapasion.net y al foro.

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